La semana pasada la comenzamos estudiando las diferentes opciones que en cuanto a lavandería un hotel puede optar. La decisión no es fácil y depende de muchos factores, la elección final debe corresponderse con los dos fines últimos de una empresa; ser rentable y proporcionar un servicio de calidad.
El modelo de lavandería integral consiste en que el hotel, en sus mismas dependencias alberga una lavandería equipada con lavadoras, secadoras, planchas y calandras. Este modelo presenta la ventaja de necesitar un menor stock de ropa y además se pierde la incertidumbre de un posible problema de suministro. Por otro lado se debe contar con un personal formado para las tareas de lavandería, con un espacio físico en el hotel que podría ser útil para ofrecer cualquier otro servicio y evidentemente con todo el material propio de una lavandería (lavadoras, secadoras, calandras, planchas, dobladoras, carros de jaula, carros de ropa húmeda etc.) Otro punto a tener en cuenta es que una lavandería debe reunir unos requisitos muy exigentes como estar totalmente alicatada, aisladas las máquinas por completo, un espacio ventilado, contar con suelos antideslizantes e inclinados a unas rejillas, un suministro suficiente de potencia y caudal de agua y luz, un techo alto, un espacio bien iluminado y estar próxima al edificio o que este cuente con una tolva a través de la cual enviar la ropa a la lavandería desde cualquier piso.
Actualmente el modelo más usado es el que consiste en que los hoteles cuentan con un stock propio de lencería la cual es lavada en lavanderías externas, estableciéndose contratos que fijan el precio en función del número de piezas o kilos de ropa. Sin duda alguna esto ofrece una comodidad incomparable respecto al modelo anterior pero pueden generarse pérdidas de material en el transporte que puede a veces demorarse más de lo previsto, además los procesos de lavado no se controlan directamente.
Por último también hemos estudiado la modalidad de leasing en la que el hotel acuerda con una empresa el suministro de la lencería y el lavado de la misma, en este modelo se conjugan tres juegos de lencería, uno en las habitaciones, otro en el office para las operaciones del día, otro de seguridad, uno sucio y otro lavándose.
También vimos en clase como algunos hoteles tienen acuerdos con tintorerías externas para lavar la ropa que el cliente precise.
Fuera de clase, en las prácticas del viernes, nos dividimos en grupos; mientras en el grupo de Cristina nos encargamos de poner lavadoras y secadoras, el grupo de Angie aprendía a dar sus primeras puntadas mientras que el grupo de José planchaba tanto con las planchas tradicionales como con la calandra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario